martes, 16 de junio de 2009

LO QUE NO SE DIJO EN EL DESALOJO DE LOS SEMERUCOS

Los momentos vividos con los antiguos residentes de la urbanización Los Semerucos en Punto Fijo, sirven para recordar atropellos que los periodistas no debemos olvidar.
Hay situaciones que los medios de la región falconiana no dijeron, porque de acuerdo a las circunstancias, eran muchas las noticias y abundaba el material y es ahora, cuando bien podemos expresar con propiedad, las angustias que padecemos los periodistas cuando nos corresponde cubrir-para aquel entonces-el desalojo en Los Semerucos.
Me desempeñaba yo como gerente de la corresponsalía del Diario La Mañana. Me incorporé a la calle para darle apoyo a mis repoteros de entonces; Maiveine Verde, Fátima Delgado, Antonio Salqueiro y con los reporteros gráficos, Cruz Medina y Carlos Díaz. Todos los medios nacionales y periodistas de los pricipales diarios del país tenían puestos los ojos en Paraguaná, especialmente en Los Semerucos. Era para nosotros una visita obligada pasar por dicha urbanización y revisar las novedades de día.
Las familias, por supuesto, angustiadas por las órdenes de desalojo por parte de los tribunales bajo el resguardo de la Guardia Nacional, nos comentaban que se acercaba una arremetida, fue entonces, cuando un día martes el reportero gráfico Carlos Díaz y yo, acordamos estar a las 3:00 de la madrugada en Los Semerucos, en espera del primer desalojo por la fuerza y efectivamente, todos los periodistas, entre quienes destacan; Gustavo Velasco de Venevisión, Eduard Rodríguez de RCTV, Letty Vásquez de Falconia, Freddy Reyes de Gente del Petróleo, entre otros, presenciamos en este enfrentamiento que las familias de Los Semerucos ganaron, porque lograron que se retiraran los efectivos cuando les lanzaron cohetones a la puerta principal donde se encontraban apostados, saliendo un efectivo herido, mientras que nosotros nos cuidábamos de los efectos de las bombas lacrimógenas.
Pasan el dato ese mismo día, que viene una ofensiva mayor al siguiente día. Nuevamente el fotógrafo Carlos Díaz y yo regresamos a las 3:00 de la madrugada, y así todos los periodistas nacionales y locales, pero el plan por parte de la Guardia Nacional había sufrido cambio, primero aumentaron la cantidad de efectivos, segundo rodearon toda la urbanización y tercero sólo se escuchó una orden decir:"ahora lancen las bombas".
Eso fue una lluvia de bombas lacrimógenas. Yo sufro de problemas respiratorios desde hace mucho tiempo y durante el primer intento de desalojo me vi afectado y tomé mis previsiones. Perdí contacto con mi colega Carlos Díaz. Avance hacia otras casas y me refugie en el solar de una de ellas, desde donde por cierto escuche toda clase de palabras soeces dirigidas a las familias y a periodistas. Entre algunas de estas expresiones podemos recordar unas como: "Agarra a ese coño e madre", "Dale duro", mientras que los habitantes corrían de un lado a otro con sus niños y ancianos, a las 5:00 de la mañana, yo seguía escondido, porque si me descubrían, tengan ustedes la seguridad que me hubiesen caido a palos. Aún sin saber del paradero de mi fotógrafo a las 6:00 de la mañana, decido salir del sitio donde me encuentro y llegue hasta una familia ante quienes me identifique y le pedí que me invitara a pasar-cosa que siempre gradeceré como hecho positivo en medio de ese desastre inhumano-era una pareja, la señora activa de la industria trabajaba en la Refinería de Cardón y su esposo jubilido. Después de un cafecito, deciden salir para llevar a la señora a su trabajo y le recomiendo que no lo hagan, sin embargo lo intentan y se acerca un efectivo y les dijo: "Hey regresen no pueden salir", el efectivo me miró, pero no se percató que era periodista, supuso que pertenecia a esa familia-claro esa era la idea, porque sino estaba frito-.
Ya, a las 7:00 de la mañana, de nuevo el efectivo se acerca y les indica que ya puedemos salir. Ni corto ni perezoso,me embarque con ellos, a riesgo de que me dejaran detenido en una de las tantas alcabalas dentro o fuera de la urbanización, pero gracias a Dios logré salir, aunque con la preocupación de no saber nada de mi reportero gráfico Carlos Díaz. No fue sino en horas de la tarde cuando aparece Carlos manifestando que le quitaron la cámara digital, se la destrozaron y a él lo tenían en un lugar donde no podía salir, esas gráficas, desgraciadamente no quedaron para la historia. Por cierto el comadante de la G:N se comprometió en reponer la cámara, hecho que no ocurrió.
Narro todas estas vivencias para que sepan las nuevas generaciones del periodismo, que el ejercio de esta profesión, no es sólo asitir a una rueda de prensa, de cubrir un coctel para las páginas sociales, se trata de llegar a informar la verdad de los hechos y para ello la vocación juega un papel determinante, así como la buena preparación académica para dar con el enfoque periodístico. La noticia es aquella que nos cuesta mucho encontrarla, es la que más se valora, es la que merece un premio de periodismo y claro, es la que nos da la satisfacción del logro alcanzado. !!!!Felicitaciones¡¡¡ a todos los colegas, por ser la semana del periodista y el sábado 27 nuestro día.

Por. Elisaúl Núñez Morles

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